Morbid: The Seven Acolytes es un juego de rol (RPG) de acción del tipo Horrorpunk lleno de monstruos, sangre y mucha nostalgia bajo el estilo visual pixel art. Los desarrolladores de Still Running nos entregan un juego tipo Soulslike que con los atributos arriba mencionados lo convierten en una versión bastante gore de este nuevo tipo de géneros.
Para quienes desconozcan este estilo de juego, el género Soulslike, como su nombre lo indica, está basado en la series de Dark Souls de From Software. Este tipo de género se define por su alta dificultad, su combate de alto riesgo (los enemigos pegan bastante duro y tienen mecánicas difíciles de predecir) y puntos de control o save bastante escasos, adicionalmente, los enemigos típicamente sueltan armas o algún otro recurso que se utiliza para mejorar las estadísticas del jugador.
Bueno, pues parecen bastantes adjetivos para este videojuego y si, lo son. Morbid: The Seven Acolytes es una mezcla bastante rara pero muy disfrutable de un juego que brilla por su dificultad.
Nuestra aventura comienza con nuestra heroína recuperando la conciencia en las costas de algún lugar que después descubriremos que se llama Solya. Este lugar forma parte del mundo de Mornia y pronto descubriremos que una banda de espectros malignos llamados Gahar ha decidido apoderarse de 7 Acólitos de Mornia, lo que ha traído como consecuencia que el mundo esté sumido en un caos constante. Nuestra misión, por supuesto, consiste en traer la paz a Mornia, derrotando a cada uno de estos Acólitos malditos (7 en total).
Mecánicas de juego
Las mecánicas del juego son bastante sólidas para lo que uno esperaría de este tipo de RPG. Tenemos un ataque sencillo, un ataque cargado y la posibilidad de disparar un arma a distancia (que por supuesto, necesita municiones). Adicionalmente, al ser un juego de acción, las dinámicas de bloquear ataques y moverse para eludir a los monstruos, se tornan de vital importancia para lograr sobrevivir a lo largo de todo el juego, que como ya mencionamos con anterioridad, es bastante difícil.
Nuestra heroína, cuenta con 3 tipos de barras de estado a las que tenemos que tener cuidado, la primera y más obvia es nuestra salud, después la barra de stamina que sirve para atacar, esquivar, bloquear y correr y finalmente nuestra barra de sanidad mental.
A reserva de la barra de salud, que es la más obvia (si llega a cero, mueres), las otras 2 barras tienen dinámicas más interesantes, empezando por la barra de stamina, que en este juego se utiliza prácticamente para todo. El jugador deberá de ser muy selectivo para elegir cuáles serán los combos que va a utilizar contra algún enemigo en específico. Ya que para correr y que no te alcancen, gastas stamina; para bloquear un proyectil o un ataque, también y cuando al fin se abre esa ventana de 1 o 2 segundos para contraatacar, pues los ataques también gastan stamina y si en ese momento no cuidaste lo suficiente la barra, pues perderás tu oportunidad de atacar.
Por otro lado, la barra de sanidad nos ha recordado mucho el juego de Eternal Darkness (desarrollado por Silicon Knights para Nintendo GameCube en 2002), en donde si la barra llega a cero no solo ganarás menos experiencia, sino que los enemigos se volverán más difíciles e incluso resucitarán una vez muertos a forma de espectro, haciendo nuestra aventura aún más difícil.
Y hablando de experiencia, el juego cuenta con un sistema de niveles bastante peculiar. Lejos de subir los stats de nuestra heroína al subir de nivel, esta solo adquiere un punto de habilidad (skill point) que en el segundo acto del juego lograremos desbloquear en los altares para poder subir una “bendición”. Las bendiciones son facilidades que el juego te da para hacer tu aventura más fácil y uno las puede ir desbloqueando al explorar la inmensidad del mundo de Mornia. Estas no aparecen en orden secuencial, lo cual hace que se le dé una recompensa extra a los jugadores que les agrade ir explorando todos los rincones del mundo en lugar de hacer un speed run.
Las bendiciones te otorgan algunos beneficios como:
- Tener más vida (hasta un 200% máximo)
- Tener más stamina
- Generar stamina más rápido
Para subir de nivel una bendición, el jugador requiere gastar 1 skill point en el primer nivel, 2 en el segundo y así sucesivamente hasta gastar 5 skill points para desbloquear el quinto nivel (el más alto). A lo largo del juego, uno podrá ir teniendo más de una bendición activa en todo momento, lo que facilita bastante nuestra aventura.
El sistema de inventario nos ha recordado muchísimo a Resident Evil (Capcom, PlayStation, 1996), donde tenemos un cierto número de slots, y los ítems que uno va recolectando tienen diferentes tamaños verticales y horizontales, lo cual requiere de cierta habilidad de nuestra parte (estilo Tetris) para poder acomodar de mejor manera nuestro inventario. Nosotros hemos encontrado que esta dinámica de manejo de inventario le agrega un sabor extra al juego bastante agradable, ya que si eres lo suficientemente astuto, siempre encontrarás la manera de cargar más ítems o más armas de las que el juego te permitirá normalmente.
Finalmente, uno de los elementos más difíciles del juego es el propio mundo de Mornia. Además de tener decenas de enemigos con una inteligencia bastante sólida y un nivel de dificultad elevado, Mornia es un lugar ENORME que se encuentra interconectado en su totalidad. Al ser un juego de aventura, la mayor parte de Mornia tiene un estilo de diseño algo así como un laberinto, lo cual incita al jugador a gastar buena parte de su tiempo explorando la inmensidad del mundo. Por si esto fuera poco, el juego no presenta un sistema de mapas ni nada que se le parezca, por lo que deberemos hacer uso de nuestra memoria (o incluso, recomendamos papel y lápiz) para no perderte ya que la historia no es lineal y constantemente tendrás que volver a puntos anteriormente visitados para desbloquear áreas nuevas o alguno que otro side quest que nos dará valiosos ítems que nos ayudarán muchísimo en nuestra aventura.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas para Morbid: The Seven Acolytes. A lo largo de nuestra reseña hemos encontrado algunos puntos negativos (algunos, bastante fuertes) que le restan puntos en nuestra calificación final.
Uno de ellos la inteligencia artificial de los enemigos. Si bien esta se ejecuta de maravilla en casi todas las circunstancias, hemos encontrado que si tienes la suficiente experiencia jugando este tipo de juegos y si sabes exactamente qué estás buscando, es bastante sencillo lograr trabar a la máquina. Aunque por respeto al trabajo de los desarrolladores no diremos exactamente como, es bastante común utilizar el entorno de Mornia y armas suficientemente grandes como la “Grim Reaper” para lograr golpear a los enemigos mientras estos intentan descifrar cómo llegar a ti.
Lo siguiente es el sistema de controles. Para nosotros fue bastante frustrante y doloroso (literalmente hablando) jugar este videojuego en un teclado. El sistema de teclas implementado es poco práctico por decir lo menos y el juego no te permite configurarlo a tu gusto. Dicho de otra manera, no existe una opción en el menú para poder cambiar las teclas a tu gusto y dado que el juego tiene una dificultad bastante elevada, esto hace que la experiencia con teclado sea pésima, incluso rayando cerca de ser un nivel de dificultad extra. Afortunadamente nosotros logramos darle la vuelta a este asunto conectando un control inalámbrico, sin embargo, si los jugadores no cuentan con este accesorio, van a batallar bastante.
El último punto a mejorar es la estructura de su misión principal. En muchas ocasiones el juego ocasionó que nos sintiéramos literalmente perdidos por varios minutos tratando de descifrar qué es lo que debíamos de hacer. Como mencionamos anteriormente, uno constantemente debe de volver a lugares anteriormente visitados para ver si se ha desbloqueado un área nueva. Después de nuestra primera experiencia perdidos, empezamos a hacer el hábito de regresar al único pueblo que marca Mornia y recorrer de nuevo todo para ver qué novedad encontrábamos. Entendemos perfectamente que el no contar con un sistema de mapa o guía es parte de la experiencia del juego, sin embargo tampoco se cuenta con alguna pista o incentivo para guiar al jugador.
Gráficos y Audio
En cuanto a gráficos se refiere, como hemos mencionado al principio de esta reseña, el estilo visual utilizado es pixel art y destaca por la buena utilización de técnicas modernas del mismo. Los enemigos y la propia heroína se ven bien definidos y podemos inclusive notar algunas sombras por ahí y por allá que se van moviendo de acorde a la perspectiva que nuestra heroína tenga.
Hay que hacer mención honorífica al diseño de los enemigos, sobre todo los Acólitos, ya que se muestran muy bien detallados y destacan por ser bastante feos (en el buen sentido de la palabra, estamos hablando de monstruos, es como un elogio, hehe). Como todo juego basado en pixel art, las opciones para configurar los gráficos son modestas y en el caso de Morbid: The Seven Acolytes son virtualmente inexistentes. No hay una sola opción para configurar los gráficos y sinceramente no le hace falta.
La banda sonora de este juego tiene una gran calidad, si bien hay algunos elementos algo débiles como cuando uno está explorando la inmensidad de Mornia, en general los sonidos de los artefactos y los enemigos están muy bien ejecutados. Al ser un juego del tipo Horrorpunk algunos sonidos logran ser bastante desagradables y si estas usando audífonos con cancelación de ruido (como en nuestro caso) pues logran darte esa sensación de piel chinita que acabas de despedazar a un enemigo de una manera brutal, hehe. Adicionalmente los 7 Acólitos presentan una buena banda sonora temática, muy al estilo del nivel al que estás enfrentando y verdaderamente logran hacer la batalla mucho más épica y llevadera de lo que parece.
Desempeño técnico
Morbid: The Seven Acolytes es un título de un tamaño muy reducido, con solo 600 MB y puede ser ejecutado en computadoras bastante antiguas, lo cual se agradece para maximizar la retrocompatibilidad. Durante nuestra experiencia de juego no encontramos algún bug o pérdida de frames y se comportó de manera estable.
Historia y rejugabilidad
El título tiene una duración aproximada de 10 a 15 horas, dependiendo del número de misiones secundarias que realicemos y de nuestra propia habilidad, ya que el juego no cuenta con ajustes de dificultad, y esta puede considerarse elevada en general.
Como es costumbre en este estilo de juegos, la historia y narrativa pasa a un plano secundario, y requerirá de la lectura de documentos encontrados a lo largo de la aventura, esto también nos permitirá encontrar algunas pistas sobre qué hacer o a donde ir, sin embargo, hacer esto no es para nada intuitivo y en nuestra experiencia, logra ser más frustrante para el usuario que una característica del juego. Esto a su vez puede provocar que la rica mitología del mundo que nos presenta Morbid: The Seven Acolytes, no sea disfrutada más que por aquellos jugadores que se dediquen a explorar y descifrar todos sus enigmas.
En cuanto a rejugabilidad, al momento de redactar esta reseña es bastante limitada, ya que una vez que hayamos derrotado a todos los Acólitos, no nos queda de otra más que terminar los side quest para obtener ítems que pues, ya no sirven de nada, ya que ya hemos terminado el juego. La única opción que nosotros vemos “viable” (y no mucho) es crear otro perfil y volverlo a completar, con un camino o un arma diferente.
Conclusión
Morbid: The Seven Acolytes es un videojuego que podemos recomendar ampliamente a los amantes de los títulos tipo Dark Souls (Soulslike), especialmente aquellos que disfrutan de diseños artísticos bastante gore (que incluso varios fans han equiparado al estilo visual reminiscente al de la mitología de H. P. Lovecraft).
Su dificultad es elevada y la falta de mapas o un sistema de guías es la combinación perfecta para que los novatos o gente sin mucha paciencia odien este tipo de experiencia, sin embargo ese es precisamente el fin del Morbid: The Seven Acolytes.
Esta reseña fue realizada en Windows PC. Esta copia del juego fue proporcionada por Still Running. Puedes consultar los criterios de puntuación aquí.