Pocos juegos pueden llegar a cumplir 20 años, y en particular, mantener un juego activo por este tiempo es algo simplemente impresionante, esto provoca que, al adentrarnos en algún momento en el World of Warcraft sea meramente una especie de instantánea, con futuras actualizaciones retorciéndolo y cambiándolo hasta hacerlo irreconocible.
Es por esto que reseñar una expansión de un MMO como World of Warcraft: The War Within es una tarea difícil ya que, aunque es imposible analizar una expansión de un MMORPG en su totalidad, sí es posible analizar lo que World of Warcraft: The War Within en el momento de su lanzamiento, y lo que hace bien. Afortunadamente, Blizzard nos ha entregado la mejor versión de en mucho tiempo, con un estilo narrativo y una serie de características que demuestran la pericia de los desarrolladores y por que, a pesar de llevar dos décadas, el juego sigue siendo relevante.
Hablemos de…
The War Within despliega nuevos sistemas diseñados para hacer el MMO más accesible a un público veterano y para aquellos que deseen empezar a explorar Azeroth, ya que en esta ocasión, el juego parece estar más consciente de la carga de tiempo que puede suponer para el jugador busca encontrar un balance entre otorgar una experiencia satisfactoria (principalmente en relación a esa recompensa que obtenemos al sentir un avance sin tener que recurrir mucho al grind) y dar una especie de bienvenida a los jugadores que han dejado el juego tras años de inactividad y han decidido regresar.
Una nueva adición denominadas “Delves”, son una actividad en solitario o en grupo que te ofrece 15 minutos de aventura al estilo Diablo, con mecánicas de mini-incursiones, loot y un poco de progresión narrativa; cada una presenta desafíos únicos y varios niveles de dificultad, ofreciéndote actividades repetibles y cercanas al roguelike. Con montones de ellas repartidas por el mapa, la promesa de actualizaciones e incluso un sistema de mejoras y una narrativa globales, mantendrán ocupado a cualquiera durante mucho tiempo.
Otra adición son las mazmorras de seguidores, que te permiten completar instancias sin tener que reunir a un grupo. En su lugar, serás asistido por NPC’s , además de contar con Warbands, una nueva característica que te permite compartir el progreso entre algunos de tus personajes. Incluso hay un “modo historia” para las incursiones, que te permite disfrutar de lo mejor de las incursiones sin tener que hacerlas.
Todas estas adiciones se encuentran complementadas por la narrativa y el mundo, y en esta ocasión, la historia que se teje a lo largo de The War Within ya está a la altura de algunas de las mejores de Blizzard. Las nuevas zonas, personajes y misiones las respaldan gloriosamente. El nuevo villano Xal’atath es especialmente digno de mención, ya que sus apariciones y desarrollo lo hacen un acreedor al título de rival del mismísimo Arthas en Wrath of the Lich King, aunque es importante mencionar, que la historia queda inconclusa, tal vez con más preguntas que respuestas.
¿Cómo es el gameplay?
World of Warcraft: The War Within nos presenta con cuatro nuevas facciones: dos de los Earthen, la nueva raza jugable de enanos de piedra, los restos subterráneos de una expedición Arathi y otra alineada con los arácnidos nerubianos. Cada una de ellas viene completamente formada y repleta de carácter, con mucho para diferenciarlas y aportar a este vasto mundo.
Aunque The War Within es una gran expansión, hay un par de puntos amargos. Lo principal siendo su excesivamente corta duración, ya que la historia puede ser completada en su mayor parte entre 6 a 8 hrs y siendo gran parte de la historia es sólo una preparación para el futuro, ya que la historia se detiene justo cuando empieza a tomar forma.
Adicionalmente, los fanáticos de la horda se sentirán un poco excluidos, ya que la historia se centra principalmente en la Alianza, con Alleria, Anduin, Magni y Moira como protagonistas de la mayor parte de la acción. Aunque todo esto tiene sentido en su contexto da la sensación de que la parte “Guerra” de “Warcraft” ha sido delegada, con todo el mundo trabajando felizmente en equipo. El único miembro de la Horda es Thrall, contando solo con un breve cameo al principio de la expansión y desapareciendo por el resto del juego.
El último motivo de preocupación de The War Within son sus nuevas mecánicas de juego, ya que, aunque todos son excelentes adiciones para que los jugadores novatos se adentren al juego, también pueden ocasionar que existan más jugadores solitarios debido a que es posible jugar a WoW casi por completo como un juego para single player, sin interactuar nunca con otro jugador a menos que lo elijas. Esto ya dependiendo de los gustos muy particulares del jugador puede ser considerado positivo o negativo, en especial para aquellos que puedan sentirse abrumados por la noción de interactuar con una comunidad de tanto tiempo siendo un completo novato, pero por otro lado, puede ocasionar que no disfruten de la experiencia completa, la parte “multiplayer” del MMORPG.
Como siempre, la rejugabilidad de este tipo de juegos es prácticamente infinita, y solo está limitada por que tanto te gusta como jugador el ciclo eterno de obtener loot para subir de nivel para obtener mejor loot y seguir subiendo de nivel hasta llegar al endgame y repetir este ciclo nuevamente con el objetivo de enfrentar los retos más difíciles como incursiones de varios niveles. Estos juegos están diseñados para escalar su dificultad conforme vayas progresando, dándote prácticamente horas infinitas de juego si así lo deseas y si esto no suena muy repetitivo, pero es importante recalcar, que, para todos aquellos que no gustan de estos ciclos, World of Warcraft: The War Within, no ofrece nada más una vez que has terminado con la historia.
Esto nos lleva a otra característica negativa del juego, que no se relaciona para nada con algún tipo de mecánica o problema inherente a la parte del juego como tal, sino a su narrativa. Si bien, es una de las mejores en cuanto a desarrollo de una historia, después de 20 años de expansiones, un jugador nuevo realmente no tendrá idea de que está sucediendo, por lo que es recomendable buscar resúmenes de lo que ha pasado en la historia para poder disfrutarla al máximo.
¿Qué tal está el apartado gráfico?
En el apartado gráfico, Blizzard también ha dado en el clavo con la ambientación. Zonas como Hallowfall, que recuerda a las mejores partes de Northend, Azj Kahet y la Isla de Dorn muestran gran atención a los detalles y excelentes efectos de iluminación aún en este engine y estilo de arte que tras 20 años puede parecer un poco viejo para algunos jugadores, y como siempre, las cinemáticas y actuaciones son de la mejor calidad, con ese sello que ha caracterizado a Blizzard por ya más de 3 décadas.
¿Vale la pena World of Warcraft: The War Within?
World of Warcraft: The War Within ha llegado como los Earthen, de manera sólida y concreta con nuevas mecánicas que por primera vez dan una verdadera accesibilidad a jugadores nuevos permitiendo que conozcan el juego sin la necesidad de interactuar con grupos de gente si así lo desean, en especial por el miedo al rechazo debido a su falta de conocimiento de mecánicas y todo lo relacionado al juego.
La narrativa toma un plano más relevante, sin embargo, es corta y se ve limitada por el plan de Blizzard de extender este arco por al menos otras 2 expansiones. Esto y la falta de una recapitulación de todos los eventos ocurridos hasta el momento son sus más grandes debilidades, pero sin duda alguna, es una de las mejores expansiones para todos aquellos que quieran regresar al juego o deseen probarlo por primera vez.
Esta review fue realizada en PC. Esta copia de World of Warcraft: The War Within fue proporcionada por Blizzard Entertainment. Puedes consultar los criterios de puntuación aquí.
