Siendo tal vez uno de los juegos más esperados, ya que su predecesor, Diablo III fue lanzado en 2012, y con un legado que abarca ya casi 30 años de su primera aparición para PC, Diablo IV sin duda alguna es uno de los juegos más relevantes para el género de los RPG y looters.
Hablemos de…
La premisa de Diablo IV, nos sitúa varios años después de su predecesor, y en esta ocasión, Lilith, la hija de Mephisto ha regresado con un plan para por fin saldar cuentas con Inarius. Con esta premisa, y sin caer en spoilers, la narrativa tejida por Blizzard es más intrincada y más interesante que en anteriores juegos de Diablo. Y lo que es más importante, los personajes principales y sus personalidades son algo más complejos, lo que siempre es positivo.
¿Cómo es el gameplay?
El combate es rápido, frenético y, lo que es más importante, increíblemente divertido. En esta ocasión contamos con 5 clases: Bárbaro, Necromante, Druida, Hechicero y Rogue, con una nueva clase planeada para la futura expansión. Todos y cada uno de ellos cuenta con mecánicas diferentes y muy interesantes además de divertidas.
Por ejemplo. El bárbaro aplasta a los enemigos con un poder implacable; el Druida fluye a la perfección entre sus múltiples formas, lanzando rayos un segundo antes de destrozar a sus enemigos como una bestia; y el Rogue fusiona con éxito las clases Hunter y Rogue de World of Warcraft en una sola, mezclando con éxito los estilos de juego de arquero y asesino.
Una de las principales críticas que recibió Diablo III, fue el restrictivo sistema de habilidades. En ese juego, los jugadores se veían obligados a elegir entre grupos de tres o cuatro habilidades activas para cada una de las seis categorías. Diablo IV elimina por completo ese sistema, permitiendo la personalización libre de cada clase. Es cierto que tienes que empezar desbloqueando una habilidad básica, pero luego eres totalmente libre de saltarte las habilidades básicas y defensivas si quieres centrarte en las habilidades de lucha, dominio de armas o habilidades definitivas. Hay mucho espacio para la experimentación entre las habilidades activas y las pasivas, por no mencionar que las primeras también vienen en cinco rangos cada una, por lo que tendrás que calcular exactamente cuántos puntos quieres gastar en cualquier habilidad seleccionada.
El sistema de habilidades es muy abierto, lo que tiene la desventaja de que puedes hacer malas elecciones para un build en particular, pero la ventaja de que tienes mucha más libertad para adaptar tu estilo de juego. Diablo IV es una mejora notable respecto a la entrega anterior en este aspecto.
Una vez que llegas al nivel 50, se desbloquea el tablero de Paragón, que se convierte en otro factor importante. En esta sección obtendremos puntos Paragón, los cuales serán utilizados en nodos dentro de tableros especiales. Cada nodo desbloquea habilidades especiales como otorgar puntos de cualquier estadística (Inteligencia, Destreza, Constitución, etc) adicionales, además de que podremos introducir glifos especiales que de la misma manera mejorarán las habilidades de nuestro personaje.
El sistema de tableros está diseñado para adaptarse al estilo del jugador, ya que podremos seleccionar entre varios cual es el primero que queremos seleccionar, e inclusive rotar la orientación de dichos tableros para cambiar el acceso a los nodos y cómo se conectan a los tableros adicionales, y aunque esto parezca ser abrumador, al igual que con nuestras otras habilidades, podremos resetear dichos tableros y volverlos a acomodar en caso de que nuestras decisiones no hayan sido las adecuadas para nuestro build.
Otra de las principales innovaciones de Diablo IV es que el mundo es ahora fluido. No hay barreras entre las cinco regiones del juego, y los desarrolladores han hecho un esfuerzo visible por diseñar el mundo de forma que parezca más realista (en la medida de lo posible, dada la vista de la cámara), incluso desde el punto de vista geográfico. El mundo se siente conectado y arraigado de una forma que no era técnicamente posible en los primeros juegos de Diablo.
Sin embargo, fuera de las ciudades, es bastante raro encontrar NPC viajeros, y cuando sucede, son sólo aventureros sin nombre que se encuentran en la naturaleza y que, de todos modos, están destinados a morir en combates sin esperanza y no interactuarán con los personajes de los jugadores ni los reconocerán, lo cual rompe un poco la inmersión y la sensación de un “mundo vivo” en el juego.
Eventos
Diablo IV tiene eventos que se celebran regularmente en lugares específicos de este “mundo abierto”. Sin embargo, se vuelven monótonos muy pronto, sobre todo por su escasa variedad. En este aspecto, parece que Blizzard no tuvo en cuenta sus propios logros en juegos como World of Warcraft.
En ese juego, a veces los monstruos atacaban las ciudades y los puestos avanzados, y los guardias reaccionaban en consecuencia. Nada de eso ocurre aquí, a pesar de que el juego está etiquetado como un “mundo compartido” en el que puedes encontrarte sin problemas con otros jugadores en tus viajes errantes.
Mazmorras
Cuando se trata de la cantidad de contenido disponible en Diablo IV, es difícil quejarse. El juego cuenta con más de 120 mazmorras, que es una cantidad enorme, y al completar la campaña principal se desbloquean las recompensas de Whispers of the Dead y las mazmorras de Nightmare.
Por otro lado, los diseños de las mazmorras no cambian aleatoriamente tanto como deberían, lo que a la larga lleva a la repetición. Además, sus objetivos suelen ser insignificantes, y a veces basta con masacrar a todos los enemigos de la zona antes de desbloquear al único jefe. Ni siquiera los combates contra jefes son desafiantes en el nivel II, aunque eso puede cambiar en los niveles III y IV.
Los eventos pueden tener lugar en las mazmorras, pero son aún más predecibles y básicos que los que se presencian en el mundo abierto. Por lo general, encontrarás a un aventurero moribundo que, de algún modo, solo podrá salvarse si derrotas a cinco oleadas de enemigos en el tiempo especificado. El único evento aleatorio realmente emocionante es la aparición del jefe El Carnicero. Solo me ocurrió una vez durante mi estancia en los servidores de revisión, pero fue una gran pelea y derrotar al Carnicero proporcionó un poderoso botín.
Temporadas
Ahora, hablemos de lo que tal vez sea el elemento más controversial del juego, las temporadas y todo lo que lo acerca a un “juego como servicio”. Diablo IV cuenta con un pase de temporada que nos otorga recompensas por niveles como es típico de esta mecánica.
Existen dos modalidades, el pase de temporada normal y el premium, el cual nos otorga mayores recompensas (las cuales solamente son estéticas y no afectan de ninguna manera el juego) y que tiene un costo adicional por temporada. Para subir de nivel este pase, es necesario realizar ciertas misiones, como, por ejemplo, completar una cantidad de mazmorras o eliminar a algunos jefes en particular.
Cada temporada cuenta con mecánicas únicas y específicas a esta; ya hemos tenido temporadas con mutantes, vampiros e inclusive una especie de robot asistente en el pasado. Esto tiene la meta de aportar nuevas experiencias al endgame del juego, en especial para los jugadores que ya han dominado todos los niveles de dificultad e inclusive han llegado al nivel máximo en Hardcore, prometiéndonos contenido que nos hará volver sin sentir el tedio de tener que repetir una y otra vez el mismo juego por siempre.
¿Qué tal está el apartado gráfico y de audio?
Si bien, muchas veces las temporadas no son del agrado de la mayoría de los jugadores, Blizzard ha demostrado su disposición para escuchar los comentarios e ir modificando cada temporada de acuerdo a lo que los jugadores opinan de estas.
Una de las principales quejas de Diablo III se relacionaba con la dirección artística excesivamente colorida. Diablo IV devuelve a la serie a sus raíces de fantasía oscura, proporcionando exactamente el tipo de atmósfera sombría que los jugadores habían estado pidiendo.
Los artistas de Blizzard llevan mucho tiempo entre los mejores de la industria. Este juego es un ejemplo más de su destreza, ya sea recorriendo los nevados Picos Fracturados o vagando por los bosques de Scosglen.
El impacto visual de las ilustraciones se ve reforzado por las numerosas mejoras del motor, como la iluminación totalmente dinámica. Diablo IV se ve muy bien en PC con los ajustes al máximo y cuenta con la implementación de las principales tecnologías de escalado, incluidas NVIDIA DLSS 3 (Frame Generation), AMD FSR 2 e Intel XeSS.
Un par de palabras sobre la música. Las bandas sonoras son otro aspecto en el que Blizzard rara vez decepciona, y eso también es cierto en este caso ya que, una parte sustancial del satisfactorio combate deriva de los fantásticos efectos de sonido asociados a las distintas habilidades de clase. En este aspecto, el juego es un claro líder dentro del género.
Aunque el juego funciona bien en un equipo de gama media-baja, existe una disminución notable en los cuadros por segundo en el mundo abierto, misma que persiste hasta en los equipos de gama alta. Por lo contrario, aunque en ocasiones hemos llegado a tener errores, esto puede relacionarse al requerimiento del juego de estar permanentemente conectado a los servidores de Blizzard, ya que en su mayoría son errores relacionados a la conexión con el servidor. Estos errores eran más frecuentes cercanos al lanzamiento del título, pero han disminuido mucho desde entonces.
Para finalizar, brevemente mencionaremos que por su naturaleza, Diablo IV es un juego que está pensado para una alta rejugabilidad, ya que es constantemente renovado, y aunque su historia es buena y te tomará alrededor de 15 hrs completarla, el verdadero plato fuerte de gameplay lo encontramos en el endgame y las temporadas.
¿Vale la pena Diablo IV?
¿Puede un solo juego soportar semejante carga sin ser aplastado? Sería injusto juzgar este juego en comparación con los muchos defectos de Blizzard de la última década. Podemos decir tras cientos de horas de juego, que no cabe duda de que Blizzard no ha olvidado cómo hacer un looter sumamente adictivo con un endgame perfecto para los amantes de este loop de conseguir un mejor equipo para perfeccionar tu build.
Diablo IV es un regreso a la forma en un momento muy necesario para Blizzard. Ofrece un combate de acción hack and slash increíblemente divertido, un sistema de habilidades muy mejorado y un montón de cosas que hacer, por no mencionar la mejor historia de la franquicia hasta la fecha. Además, tiene un aspecto impresionante, un sonido estupendo y funciona bien (salvo las ya mencionadas caídas de cuadros en el mundo abierto).
Dicho esto, algunos de los aspectos negativos son que el mundo abierto no es tan dinámico como cabría esperar, y los acontecimientos se hacen repetitivos con bastante rapidez. El contenido secundario no aporta ningún jugo narrativo real, y la rejugabilidad al final del juego se ve limitada por el contenido de las temporadas, mismas que fueron un poco inconsistentes en su inicio, pero han ido mejorando progresivamente.
Diablo IV es sin duda una gran entrega en una icónica saga, que vale la pena ser jugado por todos los fans de los RPGs y fantasías medievales aun cuando no hayas experimentado esta saga anteriormente, gracias al grado de libertad de personalización, no hay duda alguna de que encontrarás la forma más divertida y más adecuada a tu estilo para salvar Sanctuary y masacrar a las olas del mismo infierno.
Esta review fue realizada en PC. Esta copia de Diablo IV fue proporcionada por Blizzard Entertainment. Puedes consultar los criterios de puntuación aquí.